Una alianza por la ciudadanía digital

Desde niños vimos a nuestros papás y mamás votando; a familiares, amigos y vecinos levantando banderas de distintos colores y viviendo con naturalidad la diferencia de opinión política. Hay allí una importante reserva de cultura democrática que, no obstante, necesita profundizarse y actualizarse.

Necesitamos comprender que, antes que con la cédula frente a una urna, hoy la democracia la ejercemos con información frente a un teclado (o un teléfono móvil). Asumir que la democracia es un régimen de opinión, en el que la decisión electoral final no es más que el desenlace de un proceso de reflexión individual que se alimenta del diálogo con los semejantes. Que, por ello, antes que un sistema político, mediado por normas jurídicas electorales, la democracia presupone un sistema de comunicación abierto, mediado por debates públicos permanentes, en los que requerimos, para participar positivamente, criterio para pensar, libertad para expresarnos, y disposición para escuchar.

Todo lo anterior ocurre hoy, preponderantemente, en Internet, especialmente en las redes sociales y demás plataformas digitales. Ahí es donde hoy ejercemos en buena medida nuestra ciudadanía. Y, por eso, la democracia del siglo XXI se fundará, necesariamente, en una nueva performance de la ciudadanía: la ciudadanía digital. A su formación y fortalecimiento queremos que el Tribunal Supremo de Elecciones y Facebook, puedan contribuir.