Habilidades digitales para combatir la desinformación
Internet, en general, y las redes sociales, en particular, han permitido una nueva forma de publicar y consumir información, compartir noticias y relacionarse con un alcance nunca antes pensado. En ese marco, la desinformación, la difusión de fake news y los mensajes de odio contra minorías, si bien no son una novedad, hoy proliferan como nunca. El nuevo ecosistema de comunicación digital –es decir, la forma en que publicamos y consumimos información, y el alcance que tienen las noticias y contenidos-, hace que el acceso a la información sea mayor pero también que se potencien estos fenómenos.
Internet, en general, y las redes sociales, en particular, han permitido una nueva forma de publicar y consumir información, compartir noticias y relacionarse con un alcance nunca antes pensado. En ese marco, la desinformación, la difusión de fake news y los mensajes de odio contra minorías, si bien no son una novedad, hoy proliferan como nunca. El nuevo ecosistema de comunicación digital –es decir, la forma en que publicamos y consumimos información, y el alcance que tienen las noticias y contenidos-, hace que el acceso a la información sea mayor pero también que se potencien estos fenómenos.
Particularmente, hace tiempo sabemos que las campañas de desinformación son protagonistas también de las campañas electorales. La desinformación genera y difunde desconfianza, distorsiona los procesos políticos e interfiere con la capacidad de la ciudadanía de tomar decisiones informadas. También refuerza sesgos que tienen las personas y las expone a pocos datos nuevos que desafíen sus creencias previas. Como consecuencia, erosiona la confianza en las instituciones democráticas.
En Argentina, es fundamental seguir trabajando para mitigar los efectos de la desinformación y las fake news en las redes sociales, especialmente en 2021, que es un año electoral. Desde CIPPEC consideramos que para lograrlo es necesario generar y difundir información para sensibilizar a los y las ciudadanas y promover el uso responsable de las redes sociales. Nuestro foco, sobre todo, está puesto en el plano de lo político y en la ampliación y consolidación de los derechos. Sabemos que, aunque los fenómenos de desinformación requieren de múltiples actores para su proliferación, el buen ejercicio de la ciudadanía digital cobra cada vez un rol más importante para combatirlos, reducir sus efectos y así mejorar la calidad de nuestras decisiones políticas.
“El fenómeno de la desinformación distorsiona los procesos políticos e interfiere con la capacidad de las personas de tomar decisiones informadas. Promover ciudadanos digitales que conozcan sus derechos y las responsabilidades que se derivan de la convivencia en el mundo digital es muy importante en pos de la integridad democrática."